
Aunque la relojería y la gastronomía puedan parecer una pareja fortuita, existe una profunda afinidad entre ambos mundos: una dedicación absoluta a la artesanía, un respeto esencial por el tiempo y, sobre todo, la necesidad de esforzarse constantemente, ser mejores y desafiar las normas. En esencia, estas disciplinas tienen más en común de lo que aparentan.
Yoann Caloué
Con tan solo 31 años, Caloué obtuvo una estrella Michelin mientras trabajaba en el prestigioso Le Flacon, convirtiéndose en el chef más joven en recibir una estrella Michelin en Suiza. Este logro lo impulsó a emprender su propio camino y concretar su visión audaz de abrir su propio restaurante.

En 2022 abrió las puertas del Café des Banques. Con 50 asientos, 12 empleados y dos comedores (uno con vista abierta a la cocina), este restaurante de alta cocina rompió con las convenciones e impactó en el universo gastronómico de Ginebra.
“Lo que más me gusta de la cocina es la libertad creativa que ofrece. Mis ojos brillan cuando me esfuerzo por transformar productos crudos en algo bueno y hermoso”, dice Caloué. Y precisamente eso es lo que logra: el joven chef ha diseñado varios platos exclusivos inspirados en la gama de relojes Tudor.



“Creo que existe una relación sólida entre la alta relojería y la alta cocina. Toda gira en torno a la artesanía, la precisión y la creatividad. Desde la selección de los productos/materiales hasta la creación de platos/tiempos excepcionales, es una búsqueda constante de la excelencia y el refinamiento. Un deseo común de hacer soñar a las personas, hacerlas vivir una experiencia especial.”
En la cocina, Caloué lleva un Pelagos 39 durante el servicio. Lo utiliza para mantener todo en tiempo y funcionando a la perfección, afirmando que “el tiempo es un elemento clave en la cocina, es tanto un aliado como un oponente. Ser chef es como ser director de orquesta. Debes marcar el ritmo, coordinar la energía de todos y aportar el ritmo necesario a cada servicio.”
Franck Reynaud
El trabajo de Reynaud ha dejado huella en la región alpina suiza de Crans-Montana, gracias a su compromiso de utilizar ingredientes locales durante décadas en la cima de la escena de la alta cocina en Suiza.

“Mi objetivo es usar mi experiencia, mi conocimiento y mi sentido de la creación para brindar placer. A través de mis acciones en Suiza y en el extranjero, me gustaría promover el lado gourmet de Crans-Montana”, comenta esta leyenda franco-suiza.



La joya de su propuesta culinaria es su propio restaurante, Pas-de-l’Ours, donde ha creado una serie de platos que interpretan el espíritu Born to Dare de Tudor.
Reynaud lleva un Black Bay Chrono “Flamingo Blue” en su muñeca mientras trabaja en la cocina. Además de sus platos inspirados en Tudor, Reynaud ha sido el encargado de ofrecer creaciones gastronómicas únicas a los invitados de la cena anual Tudor Watches & Wonders durante los últimos años. Su legado es profundo dentro del universo Tudor, y por eso ahora es un socio oficial de la marca.