Se cumplen 60 años de la acreditación del Omega Speedmaster por la NASA

El 1 de marzo de 1965, la NASA declaró que el Omega Speedmaster era “apto para el vuelo en todas las misiones espaciales tripuladas”. Ese día marcó el comienzo oficial del extraordinario viaje de Omega más allá de la Tierra, desde todos los alunizajes de la historia a muchas de las misiones más relevantes de nuestro tiempo.

Año 1965: Certificación del Speedmaster por parte de la NASA

Sesenta años después de su homologación, Omega echa la vista atrás a esa aventura de la humanidad y celebra el momento en que sus relojes pasaron a formar parte de esta historia.

El deseo del presidente John F. Kennedy de viajar a la luna en 1962 se materializó en el Proyecto Mercury, el primer programa de vuelos espaciales tripulados del país famoso por su valiente grupo de pilotos, los Siete del Mercury.

Cuando el programa finalizó en 1963, los astronautas de la NASA pidieron a su director de operaciones, Deke Slayton, un reloj fiable para futuras misiones. Y es que los relojes eran necesarios como elemento de seguridad: si los temporizadores digitales de los astronautas dejaban de funcionar a bordo de la nave espacial, lo único en lo que podrían confiar serían los relojes mecánicos que llevaran. Por tanto, la calidad era esencial.

La NASA ya había iniciado el proceso para reevaluar su equipo de cara a las próximas misiones Géminis y Apolo, así que, en 1964, Slayton emitió una solicitud de “cronógrafos de alta calidad” y la envió a varias firmas de relojes.

De todas las firmas que recibieron el encargo de Deke Slayton, solo cuatro respondieron, entre ellas Omega. Se pidió a cada empresa que enviara “tres cronógrafos de pulsera” que serían sometidos a los exámenes más exigentes imaginables y superar once pruebas.

Las pruebas se referían a soportar altas y bajas temperaturas, prueba de vació, de humedad, de corrosión, de resistencia a los golpes (el reloj se enfrentó a seis choques de 40 G en seis direcciones diferentes), de aceleración, de baja y alta presión, de vibración y de sonido -para garantizar la fiabilidad frente al ruido, el reloj se sometió a 130 decibelios a frecuencias de 40 a10 000 Hz durante 30 minutos.

El único reloj que superó con éxito las 11 pruebas fue el Omega Speedmaster ST 105.003. Se trataba de un modelo disponible para los clientes en las tiendas.

Cuando se creó el Speedmaster original en 1957, incluía muchas tecnologías de protección empleadas, como el poder de sellado de las juntas tóricas y la famosa corona “Naiad”. Gracias a ello, Omega pudo crear un cronógrafo increíblemente robusto, herméticamente sellado contra los elementos y con una hermeticidad que llegaba hasta una profundidad de 200 pies (aprox. 60 metros). Además, el cristal de hesalite ofrecía la ventaja de la flexibilidad y, por tanto, de la resistencia a la rotura en situaciones de fuertes impactos.

Antes de elegir al Speedmaster para viajar por el espacio, quedaba una última prueba para la acreditación: los relojes también debían ser aprobados personalmente por los propios astronautas.

Ragan entregó a las tripulaciones el Speedmaster y otros relojes para que los examinaran y evaluaran. Sin conocer los resultados de las pruebas, los astronautas regresaron y eligieron unánimemente el Speedmaster como su modelo preferido, debido a su mayor precisión, fiabilidad, legibilidad y facilidad de manejo.

Apenas tres semanas después de que se concediera la acreditación, el 23 de marzo de 1965, el Speedmaster ST 105.003 viajó oficialmente al espacio por primera vez en las muñecas de Virgil “Gus” Grissom y John Young durante sumisión Géminis 3. La única modificación de los relojes fue la adición de una larga correa de velcro que podía llevarse sobre los trajes espaciales.

Después del Géminis 3, el Speedmaster y sus diferentes actualizaciones se convirtieron en una valiosa herramienta para las tripulaciones a bordo de cada una de las misiones tripuladas de la NASA. Lo llevó Ed White durante el primer paseo espacial estadounidense en 1965 y también la tripulación del Apolo 8, que vio la “cara oculta de la Luna” por primera vez en 1968.

Finalmente, el 20 de julio de 1969, el Apolo 11 amerizó en la Luna por primera vez en la historia, cumpliendo la promesa de John F. Kennedy. Neil Armstrong y Buzz Aldrin pasaron dos horas y media caminando sobre la superficie lunar y, en ese momento, el Omega Speedmaster se convirtió en el primer reloj que se llevó en la Luna. Desde entonces, ha estado presente en todos los alunizajes y ha sido durante mucho tiempo un elemento esencial del equipo de los astronautas de la NASA.