
Los relojes Hermès, además de ser singularmente hermosos, están hechos para acompañar a quien los lleva en sus trayectorias vitales. Y es que Hermès se emancipa de los códigos de la relojería y otorga al tiempo una dimensión nueva, primordial y un tanto paradójica. El tiempo es fuente de libertad y evasión.
Arceau L’heure de la lune, presentado en 2019, reaparece con tres nuevas versiones -Arceau L’heure de la lune: Blue Grey Moon, Vesta y Erg Chech- contenidas en un estuche, una presentación exclusiva producida en edición limitada de 12 unidades.
La hora y la fecha aparecen en unos contadores móviles que gravitan por la esfera en ciclos de 59 días, a lo largo de los cuales se desvela la progresión de dos discos lunares. La representación simultánea de las fases lunares en los hemisferios norte y sur está accionada por un módulo exclusivo de Hermès con 117 componentes. En un guiño al universo de la casa, una representación de Pegaso, extraída del motivo Pleine Lune de Dimitri Rybaltchenko, adorna una de las lunas de cada modelo.



Con una estética bicolor, cada una de estas tres propuestas se ha confeccionado en distintos materiales, con índices a juego con las esferas. Un meteorito, distinto en cada reloj, ocupa la mayor superficie visible de la esfera. En el primero, de oro blanco y titanio azul, una piedra lunar sirve de telón de fondo para el movimiento de la esfera. En el segundo, de oro rosa y titanio, la esfera se viste con un fragmento de uno de los mayores asteroides conocidos: Vesta. La tercera versión, de oro blanco y oro rosa, lleva un fragmento del meteorito Erg Chech, una roca magmática de un cuerpo celeste hoy desparecido.
Cada uno de estos relojes se combina con una correa de aligátor mate confeccionada con el savoir-faire marroquinero de la casa; es de color azul abisal en el modelo de oro blanco y titanio azul, y de color grafito en los otros dos.
Por su parte, Arceau Le temps voyageur, creado en 2022, resurge en una versión de oro blanco y otra de oro rosa. Un disco con 24 husos horarios indica la hora del domicilio a las 12, mientras la hora local se presenta en un contador móvil. El conjunto cobra vida con un módulo exclusivo de 122 componentes integrado en el movimiento mecánico de cuerda automática de manufactura Hermès H1837.


En esta edición, la evolución se aprecia principalmente en el trato estético dado a la esfera. Los continentes procedentes del motivo Planisphère d’un monde équestre, creación de Jérôme Colliard, generan un novedoso efecto de profundidad.
La versión de oro blanco de 41 mm luce una esfera lacada en tono gris azulado, realzada por un disco con las ciudades en azul marino y agujas esqueleto azules barnizadas. Una correa de aligátor azul abisal completa la pieza.
La versión de oro rosa de 38 mm, con 78 diamantes engastados, presenta el mapamundi en una esfera de nácar natural. Un delicado perfil de oro rosa realza el contorno de los continentes de color champaña opalino, de las ciudades y de la ventanilla de las ciudades; las agujas hoja, en oro rosa, aportan el toque final. Una correa de aligátor gris perla remata el conjunto.




