Si la indicación sonora del tiempo esta ligada a los orígenes de la relojería mecánica, en Patek Philippe ocurre algo parecido. En 1839, cuatro meses después de su fundación, la manufactura inscribe su primera pieza con sonería, un reloj de bolsillo de repetición. A partir de entonces, irán sucediéndose los registros, las innovaciones técnicas… hasta el punto de crear su propio repertorio musical, como lo prueba que, a día de hoy, cuente en su colección regular con nada menos que 15 referencias. Además, hace un año, Patek Philippe introducía en su colección permanente el Gran Sonería (Ref. 6301P), con un nuevo calibre de cuerda manual que ofrecía un sonido simplemente espectacular. Este año, Patek Philippe ha incorporado cuatro nuevos modelos: la Ref. 7040/250G-001 de mujer, la Ref. 5304/301R-001 y la Ref. 5374G-001 con función de calendario perpetuo y una nueva versión del Sky Moon Tourbillon, Ref. 6002R-001.
Todos ellos herederos de un trabajo y un estilo que hace de los relojes con sonería Patek Philippe piezas aclamadas y verdaderos objetos de deseo por todos los amantes de la alta relojería. Y en el origen de todo ello está el dominio de una técnica y por supuesto su capacidad para hacerlo por completo en la manufactura. Porque son los relojeros los que fabrican ellos mismos sus ‘bovinas’ e hilos de acero –futuros timbres de las piezas con sonería–. Idéntico modus operandi se sigue con los ‘talones’, las piezas que permiten sujetar los hilos de acero a la platina o carrura de la caja. La unión de los hilos de acero y el ‘talón’ se produce en varias etapas. Primero, se realiza la perforación y numeración de los talones, con la inserción de los dos timbres de horas y minutos y la soldadura de estos al ‘talón’. Después se pasa a lo que se conoce como el ‘templado’ (calentar y enfriar repentinamente en agua o aceite) y el ‘revenido’ (proceso en el que se ablanda el material para que sea menos quebradizo sin perder sus propiedades). Además, el timbre será sometido a varios tipos de pulido hasta conseguir un resultado estético con el sello Patek Philippe.
La siguiente etapa de trabajo es el afinado, es decir, donde el relojero tiene que encontrar la nota correcta de sonido atendiendo a los criterios de la manufactura, acortando cada uno de los timbres. El reto consiste en encontrar el maridaje óptimo hora/minuto para conseguir la melodía adecuada de los cuartos. Gracias a la experiencia que todos ellos tienen y dependiendo, por supuesto, del material utilizado en la caja, el relojero jugará con los diámetros de los hilos para conseguir el sonido deseado. Se parte de una realidad evidente: cuanto mayor sea el diámetro del hilo, más agudo resultará el sonido.
Lo que también es indudable es que aunque el sonido siga fielmente los parámetros de calidad Patek Philippe, cada pieza resultante es única, con un sonido estrechamente vinculado a la sensibilidad del relojero que la creó y a las directrices de Thierry Stern, quien es al final el encargado de validar cada pieza con sonería Patek Philippe.
Otro detalle más: la distancia entre los martillos y los timbres es también determinante para la calidad del sonido. Si la distancia es demasiado larga, la intensidad es baja. Por el contrario, si la distancia es corta, el sonido se amortiguará por un efecto rebote del martillo sobre el hilo y se reducirá la resonancia. En todos estos ajustes, los relojeros emplean alrededor de 100 horas de trabajo, y una vez finalizados pueden proseguir con las pruebas de sonido.
Los repeticiones de minutos de Patek Philippe emplean dos tipos de timbre: el tradicional y el catedral. Este último se caracteriza por un sonido más grave y más cálido, pero mucho más complejo. Una vez que el relojero considera que esos timbres cumplen los requisitos de Patek Philippe, presenta la creación al presidente, Thierry Stern. Como compañía relojera familiar, corresponde al presidente certificar y confirmar que todos los repeticiones de minutos tienen ese distintivo sonido que les ha llevado a ser un referente de la relojería.
Un valor diferencial que seguramente está también en el origen de los sucesivos éxitos y avances que la manufactura ha obtenido desde sus primeros años de vida. Hablábamos al principio del primer reloj con repetición en 1839; unos años después, en 1845, la casa produce su primer repetición de medios cuartos, luego su primer repetición de minutos y, a continuación, su primera pieza equipada con gran y pequeña sonería.
En 1851, cuando Antoine Norbert de Patek y Jean-Adrien Philippe crearon Patek Philippe & Co, la empresa ya era ampliamente conocida por sus piezas con sonería. Fue en este momento que la manufactura comenzó a combinar repeticiones de minutos con diversas complicaciones (calendarios perpetuos, cronógrafos, dobles husos horarios…).
La producción de relojes de sonería es desde entonces regular dentro de la empresa, que es una de las grandes protagonistas en el siguiente paso que acomete la relojería, y que no es otro que la miniaturización de los mecanismos. No era una tarea fácil conservar un sonido de calidad en un espacio reducido como el que planteaban los relojes de pulsera. El primer reloj de pulsera con repetición de 5 minutos se fabricó en 1916, y estaba destinado a una mujer. En 1924, se fabrica el primer reloj de pulsera equipado con repetición de minutos, con caja de platino y oro amarillo. Era un encargo del ingeniero ciego Ralph Teetor, que quería un reloj que le permitiera conocer la hora a demanda. No hay que olvidar que ese era el objetivo original de los relojes de sonería: marcar el tiempo en la oscuridad. Una tarea que dejó de ser prioritaria cuando se desarrolló el alumbrado público eléctrico en las primeras décadas del siglo XX.
De hecho, en los años 60 apenas había demanda alrededor de esta complicación relojera. Sin embargo, Patek Philippe siguió produciendo relojes de sonería. En todo ello, hay que destacar la decisiva implicación del entonces presidente, Philippe Stern, quien perpetuará la producción de estas piezas excepcionales no solo para mantener las tradiciones, también para seguir alimentando la investigación y la innovación de la compañía.
En 1989, en plena celebración del 150 aniversario, Patek Philippe lanza su primer reloj con repetición de minutos íntegramente desarrollado y producido en la manufactura. El calibre R27 era la forma contemporánea de entender la complicación de repetición de minutos, y también el punto de partida de creaciones extraordinarias por parte del Patek Philipope, como el reloj de bolsillo de doble cara Star Caliber 2000 (21 complicaciones) creado para celebrar el nuevo milenio, con un carillón Westminster de 5 timbres que reproduce fiel e íntegramente la melodía del reloj del Parlamento de Londres. O el reloj de pulsera Sky Moon Tourbillon de 2001, primero de doble cara (12 complicaciones), con una repetición de minutos con timbres catedral. En 2014, en el 175 aniversario, Patek Philippe presentael reloj de pulsera de doble cara Grandmaster Chime Ref. 5175 (20 complicaciones), entre ellas una gran y pequeña sonería y una repetición de minutos. Ejemplos de esa excelencia que, siempre, ofrecerá el mejor sonido.