El TANK de Cartier ha sabido evolucionar respetando la transformación de la sociedad. Ese es uno de los detalles que distinguen a un icono. Hay otra cualidad inherente en la Maison y es que siempre ha sabido anticiparse a los cambios… como bien demuestra con la esfera fotovoltaica que se estrena con el Tank Must. Convertida en la alternativa moderna al movimiento de cuarzo, no requiere de cambio de pila.
Esta innovación es importante por varios motivos. Para empezar, la apariencia del reloj es igual a la de otro con movimiento mecánico o de cuarzo. Han sido necesarios dos años de trabajo para lograr el objetivo y dar vida al movimiento SolarBeat TM. Desde el punto de vista técnico, el resultado es simplemente extraordinario: para lograr que la energía solar se almacene en unas celdas fotovoltaicas que están emplazadas bajo la esfera, la solución fue perforar –no es visible al ojo humano– los números romanos. Cartier garantiza una vida útil de aproximadamente 16 años.
Por si esto fuera poco, estrena una correa compuesta en un 40% de material vegetal, producido a partir de residuos de manzanas. Además, el proceso de fabricación supone todo un avance en la preservación del medioambiente ya que se reduce la huella de carbono (dividida por 6), se ahorra agua (hasta 10 litros) y energía (hasta 7 megajulios, o el equivalente a unas 200 cargas de móvil aproximadamente) respecto a la fabricación de una correa de piel de becerro. Fiel a su reputación como reloj de vanguardia, el Tank demuestra que su vitalidad creativa es inagotable.