Presentado en caja de acero de 37 mm de diámetro, reinterpreta el bisel estriado clásico ginebrino, dando lugar a un reloj más original y atípico. Con esfera azul, negra o plateada, ostenta los acabados tradicionales de la alta relojería, sin dejar de ser asequible gracias a un movimiento de cuarzo con 5 años de autonomía.
Frederique Constant ha creado el Classics Moneta Moonphase con la idea es abolir las diferencias que subyacen entre la relojería mecánica y la de cuarzo suprimiendo el segundero, cuya progresión era la única manera de identificar un calibre de uno u otro tipo.
El Classics Moneta Moonphase solo tiene agujas de horas y minutos, además de una fase lunar. A primera vista, por tanto, no hay forma de saber si el reloj es mecánico o de cuarzo. Ya no es una cuestión de técnica, sino simplemente de crear belleza y armonía, utilizando el mejor calibre capaz de alojarse en 37 mm, y a un precio razonable.
El Classics Moneta Moonphase adopta todos los atributos estéticos de la alta relojería mecánica. Presenta una esfera finamente soleada, dos agujas tipo dauphine e índices aplicados. A las 6 horas encontramos también la complicación emblemática de la relojería tradicional, la fase lunar. Está alojada bajo un corte guilloché circular, justo encima de las palabras «Swiss Made.
Con la misma atención a la simplicidad para el mayor número de personas, el calibre y su complicación pueden ajustarse de manera conjunta, mediante la corona. Y el movimiento de cuarzo mantendrá la precisión de la fase lunar durante meses, incluso cuando no se lleve puesto el reloj.
El exterior es igual de exigente: desde el cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos, las agujas pulidas a mano a la correa de piel con pespuntes que combinan con el tono de la esfera o con el de la propia correa, según el modelo.