La historia lo sitúa como uno de los relojes herramienta más eficaces y admirados, y también uno de esas creaciones que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos de forma ejemplar. Hablamos del GMT-Master de Rolex. Una propuesta cuyo origen se remonta a 1955, cuando Rolex creó un primer reloj pensado para los profesionales viajeros y que luego tomó forma con dos elementos distintivos que convierten a esta colección en un referente entre los GMT. El primero es que cuenta con una gran aguja adicional de punta triangular que da la vuelta a la esfera en veinticuatro horas. El segundo es la graduación 24 horas en el bisel giratorio que, cuando se presentó, llamaba la atención por ser bicolor: rojo para las horas del día y azul para las de la noche. Otro detalle importante llegaba en 1982, cuando el GMT-Master incorpora un nuevo movimiento que permite ajustar la aguja de las horas mediante saltos de una hora, de forma independiente del resto de agujas y sin detener la marcha del reloj. A partir de entonces lo conocemos como GMT-Master II.
Lo que ha quedado claro en las sucesivas recreaciones de este reloj es que, puede avanzar en la utilización de materiales –como la entrada de la cerámica en la fabricación del bisel– o en la utilización del color, pero que la esencia sigue intacta y también su utilidad a la hora de mostrar dos husos horarios. Es lo que queda patente en estas dos nuevas propuestas ejecutadas en acero Oystersteel del Oyster Perpetual GMT-Master II. Ambas disponen de un disco de bisel Cerachrom graduado 24 horas bicolor de cerámica gris y negra –presentado ya el año pasado–, donde la graduación se resalta depositando platino mediante la técnica PVD (Physical Vapour Deposition). La primera modalidad está provista de un brazalete Oyster y la segunda, de un Jubilee. Es la única diferencia porque la esfera opta por el lacado negro y la inscripción ‘GMT-Master II’ en verde, en consonancia con el color de la aguja 24 horas.
En la parte mecánica, el GMT-Master II está equipado con el calibre 3285, un movimiento desarrollado y manufacturado por Rolex en 2018. De cuerda automática, presenta un elevado rendimiento en materia de precisión, autonomía, comodidad de uso y fiabilidad. El calibre 3285 cuenta con el escape Chronergy patentado, que combina rendimiento energético con seguridad de funcionamiento. Fabricado en níquel-fósforo, este escape resiste a los campos magnéticos. Además, incorpora la espiral Parachrom azul, fabricada en aleación paramagnética.
Y como remate, los brazaletes Oyster o Jubilee. El primero de ellos fue desarrollado a finales de los años 30, y es un brazalete metálico de tres elementos que sigue siendo el más utilizado en la colección Oyster Perpetual. Por su parte, el Jubilee es un brazalete de cinco elementos que se creó específicamente para el Oyster Perpetual Datejust, lanzado en 1945. Destaca por su confort en la muñeca. Los brazaletes Oyster y Jubilee del GMT-Master II están equipados con un cierre que previene cualquier apertura involuntaria y disponen del sistema de extensión rápida Easylink. Desarrollado por Rolex, permite ajustar fácilmente su longitud en torno a unos 5 mm.
Su característico diseño apenas parece haber sufrido cambios desde su creación. Y sin embargo, el GMT-Master ha sabido evolucionar para adaptarse a la modernidad. Ha ido incorporando gradualmente los avances técnicos que le han permitido seguir siendo el reloj GMT de referencia.
Cuando Rolex lanza el GMT-Master en 1955, el mundo se halla en plena transformación. La aviación civil, en particular, experimenta notables cambios, el principal el desarrollo de los vuelos de larga distancia. El GMT-Master se presenta como la herramienta para atender a los diferentes tiempos de un viaje. Y ahí es donde entra en juego un diseño tan único como definitorio del estilo Rolex: desde la aguja adicional 24 horas al bisel giratorio bicolor graduado se convirtieron en los valores tanto del GMT-Master como del GMT-Master II, y así continúan, con apenas modificaciones. Una tiene que ver con la aguja 24 horas, que en un principio era fina y discreta. Sus dimensiones aumentan a partir de 1959, concretamente en el extremo en forma de triángulo. Esta evolución le da mayor visibilidad que, por otro lado, es legible en la oscuridad gracias al material luminiscente depositado sobre su punta triangular. Hay otro elemento importante que, además, da un giro en la evolución técnica del GMT-Master. El disco graduado 24 horas del bisel, hasta entonces de plexiglás, pasa a fabricarse en aluminio anodizado para que su superficie sea más resistente, y se tallan unos protectores en la carrura para preservar la corona.
Las letras GMT, además, hacen referencia a la Greenwich Mean Time (Hora del Meridiano de Greenwich). Es la hora solar media y corresponde al meridiano original, adoptado durante la conferencia internacional de Washington, en 1884, para la división en husos horarios alrededor del globo. Hasta 1972, la hora GMT es la hora de referencia a nivel mundial y constituye una referencia imprescindible, especialmente en la aeronáutica. Actualmente, en relojería, el término GMT designa la función relojera que ofrece la posibilidad de leer de forma simultánea la hora de dos husos horarios en un mismo reloj.
La importancia del GMT-Master de Rolex queda patente en la década de 1960, cuando la entonces poderosa Pan Am equipa con la creación de Rolex a sus pilotos de línea. Una relación intensa que se traduce también en campañas publicitarias donde pilotos y tripulación de la compañía aérea posan para la firma relojera.
Llegamos a 1982, una fecha en la que Rolex introduce un nuevo movimiento que permite ajustar las horas de forma independiente de los minutos y de la aguja 24 horas. Tirando de la corona de cuerda hasta la primera muesca y girándola en un sentido u otro, la aguja de las horas avanza o retrocede en saltos sucesivos de una hora, lo que permite fijar la hora de un nuevo huso horario sin interrumpir la marcha.
Con el fin de destacar este avance y evitar confusión con el GMT-Master, la versión con este nuevo movimiento se bautiza como GMT-Master II. Además, cuenta con un disco burdeos y negro para el bisel, una combinación exclusiva de este modelo. El GMT-Master y el GMT-Master II van a coexistir hasta el año 2000.
Otra fecha trascendental para esta creación es la de 2005, donde el GMT-Master II se presenta con un bisel fabricado en cerámica; se convierte de esta forma en el primer Rolex que utiliza este material. Esta cerámica de alta tecnología es dura, casi imposible de rayar y el color inalterable al efecto de los rayos ultravioleta. Además, por la naturaleza de su composición química, es inerte y resiste a la corrosión. Íntegramente negro en sus inicios, este elemento volverá a ser bicolor a partir de 2013, perpetuando así el emblemático diseño del GMT-Master original.
Pero antes hay otra fecha importante en la historia disco de cerámica, porque a partir de 2008, la cerámica en Rolex se bautiza como Cerachrom, un nuevo hito de la marca que consolida la posición de Rolex a la cabeza de la innovación en materia de investigación y desarrollo de componentes de cerámica de alta tecnología.
El primer disco Cerachrom monobloque bicolor une los colores azul y negro, y constituye un auténtico desafío en términos de ingeniería e investigación aplicada. Un año después, en 2014, Rolex desvela un disco Cerachrom rojo y azul que retoma los colores del modelo original y supone una verdadera hazaña técnica, por la dificultad que entraña lograr esta combinación cromática en un solo elemento de cerámica.
Una reinterpretación inédita del GMT-Master II ve la luz en 2022. Dotada de un disco Cerachrom verde y negro, posee la particularidad que su corona se sitúa en el lado izquierdo de la caja. Otra diferencia sensible se halla en la esfera, porque la ventana de la fecha está ubicada en la posición de las 9 h. Este GMT-Master II es el único reloj Rolex que presenta esta configuración. Con ella, Rolex hace hincapié en la importancia que confiere a las diferentes circunstancias de cada usuario. Es lo que ha hecho que relojes como el GMT-Master hayan conseguido notoriedad y protagonismo desde su creación, y lo más importante, que sigan plenamente vigentes en un mundo manejado por la tecnología.