Tradición y creatividad, la unión de ambos, es un ejercicio permanente de la relojería. Para Louis Vuitton no iba a ser menos, a lo que hay que añadir un universo creativo enriquecido por una historia intensa y marcada por la exclusividad. Es lo que transmite en el Tambour Spin Time Air Vivienne, el más innovador en su forma de ofrecer la Hora Saltante. 

En 2017, Louis Vuitton presentó a Vivienne, un diseño inspirado en la herencia de la casa y las icónicas flores Monogram. En ocasiones es un objeto decorativo, un peluche o un accesorio para el bolso, en otras un reloj o una joya; lo cierto es que esta mascota ‘viaja’ a través de los múltiples oficios de Louis Vuitton, aterrizando ahora en la alta joyería femenina, con los nuevos relojes Tambour Spin Time Air Vivienne.

El oro rosa es la materia que da vida a las dos propuestas del  Tambour Spin Time Air Vivienne de Louis Vuitton para componer su caja de 42,5 mm de diámetro y 12,3 mm de grosor. La distinción llega cuando se contempla su esfera, donde se opta por un lacado en rojo o negro. Una y otra de gran belleza y dispuestas para ofrecer una visión llamativa de este Hora Saltante. Por supuesto, completan la composición con una correa de aligátor a juego con el color elegido.
El oro rosa es la materia que da vida a las dos propuestas del Tambour Spin Time Air Vivienne de Louis Vuitton para componer su caja de 42,5 mm de diámetro y 12,3 mm de grosor. La distinción llega cuando se contempla su esfera, donde se opta por un lacado en rojo o negro. Una y otra de gran belleza y dispuestas para ofrecer una visión llamativa de este Hora Saltante. Por supuesto, completan la composición con una correa de aligátor a juego con el color elegido.

Con una sola aguja central para la lectura de los minutos, este reloj utiliza 12 versiones en miniatura de la mascota que giran sobre sí mismas para ofrecer la hora. Cada 60 minutos, dos mascotas giran al instante para registrar el cambio horario. Este concepto técnico innovador cuenta con un mecanismo patentado para leer la hora basado en un movimiento automático único desarrollado en 2009 y perfeccionado por los maestros relojeros de La Fabrique du Temps Louis Vuitton; se trata del impresionante calibre LV 89, alojado en el centro de la caja entre dos cristales de zafiro y que proporciona 32 horas de autonomía de marcha.

Dos flores Monogram redondas y puntiagudas recubren la esfera, ambas de oro rosa engastadas con diamantes y lacadas en negro o rojo. Las 12 mascotas –en  oro rosa y lacadas a mano en negro o rojo rubí–, ‘flotan’ entre el calibre y la caja. La cara oculta de estos caracteres, así como la masa oscilante pueden verse a través del fondo transparente.  Todo ello se aloja en una caja de oro rosa de 42,5 mm de diámetro.