Fue un curso creativo excepcional; tanto, como que iba a marcar el futuro de la marca en términos de relojes profesionales. Eso es lo que se encontraron en 1957 los clientes de Omega, tres diferentes opciones de relojes nacidos para soportar las condiciones más exigentes, y que el tiempo ha sabido respetar, entre otras cosas porque la marca ha sabido evolucionar a su alrededor. Nos estamos refiriendo al Seamaster 300, al Railmaster y, por supuesto, al Speedmaster.
Ahora, la firma de Biel rinde homenaje, 60 años después, a este afamado trío creativo con la realización de fieles recreaciones que se comercializan tanto de forma individual como en formato trilogía. La fidelidad de la propuesta con el original es total y para conseguirlo se ha utilizado, por primera vez, una tecnología de escaneo digital, donde los dibujos de los modelos originales, así como las dimensiones, sirvieron de plantilla para su diseño contemporáneo donde, salvo ligeros cambios, se mantiene fiel al espíritu del 57.
Entre los elementos comunes, los tres tienen cajas de acero pulido y cepillado; lucen esferas en negro “tropical”, mientra los brazaletes, también en acero se han hecho más sólidos y presentan en el cierre un logotipo Omega de estilo retro.
Esta edición especial 60 aniversario de las tres creaciones de omega está disponible en edición limitada a 3.557 piezas
Analizando cada una de las piezas individualmente, se descubre que cada una de ellas, por encima de todo, muestra una gran personalidad. Es lo que ocurre con el primer Seamaster 300. Creado para buceadores y aventureros, se convirtió en símbolo de innovación y fue una pieza de notable éxito y no solo por su estanqueidad hasta 300 metros.
La estética, muy llamativa, fue uno de los elementos destacados. De forma especial por su esfera negra, la aguja horaria broad arrow, el bisel bidireccional de inmersión y los índices horarios encastrados. En la versión creada como homenaje, Omega toma como referente el model CK2913, con bisel de aluminio negro y conserva el signo Naiad que mostraba el original en la corona, símbolo de sus extraordinaria estanqueidad.
Lo mismo ocurre con el fondo de la caja, que muestra el dibujo del Hipocampo (caballito de mar) tal y como fue trazado en la pieza de 1957. En lo mecánico, sin embargo, la firma opta por su nuevo patrimonio mecánico, el que representan los Master Chronometer, en concreto el calibre 8806, con sus cuatro años de garantía.
Railmaster es el sinónimo de reloj sencillo, con una estética que no deja adivinar su valor real. Fue un reloj creado para aquellos que trabajaban cerca de campos eléctricos. Porque su gran virtud es que era un reloj antimagnético gracias a su doble caja. Ese estilo tan discreto se ha trasladado a la composición creada en 38 mm, con la única salvedad de que los índices se han encastrado algo más para aprovechar la luminosidad de la SuperLumiNova. En el interior, el calibre 8806 muestra su resistencia a campos magnéticos hasta los 15.000 gauss.
El Speedmaster original fue conocido como Broad Arrow por sus agujas, pero entre sus atributos hay que hablar de que fue el primer cronógrafo de pulsera con escala taquimétrica en el bisel, en lugar de llevarlo en la esfera como era habitual. En esta versión de 2017, conserva esa escala original del año 57 y el calibre de cuerda manual que le ha dado fama, el 1861.
Tres piezas con su propia personalidad que se presentan en edición limitada a 3.557 ejemplares y se entrega en un estuche inspirado en la presentación original de 1957. Cabe también la posibilidad de adquirir la trilogía completa (edición de 557 unidades), de poseer una parte de la historia de Omega.