El viaje sigue presente en su esencia, pero en este caso Louis Vuitton busca encontrar nuevos horizontes. Un ejercicio de estilo que dota al Tambour Curve GMT Flying Tourbillon de un innovador aspecto, con esa caja de diseño curvo que La Fabrique du Temps Louis Vuitton ya instauró el pasado año en el Tambour Curve Flying Tourbillon Poinçon de Genève. Este aclamado e impactante estilo ofrece una estética moderna y contemporánea sin perder un ápice de la personalidad que desde 2002 ofrece la caja del Tambour. Hay que recordar que aquella primera creación estaba inspirada en la arquitectura de las más terminales de aeropuertos internacionales. El Tambour Curve GMT Flying Tourbillon demuestra con estilo la manera en que la forma influye en la función y viceversa. Con un concepto extraido de la banda de Möbius, el centro de la caja de 46 mm, realizada en titanio de Grado 5 granallado, deconstruye el círculo. Estirado y alargado, llama la atención con la curva convexa de su bisel y cristal. Esta visión innovadora, tanto de frente como de lado, es un canto a la imaginación y una invitación perpetua a viajar.
Diseñado para ofrecer la lectura de un segundo huso horario, cuenta con dos pulsadores en su lado derecho. Sirven para simplificar el ajuste del GMT, permitiendo que la hora, que se muestra en el contador abierto a las 3 horas, avance o retroceda. Colocados como los de un cronógrafo, los pulsadores refuerzan la simetría de la caja. El Tambour Curve GMT Flying Tourbillon está disponible completamente en titanio o con cuernos, pulsadores y corona de cuerda en oro rosa de 18 quilates; y también en una versión realizada completamente en titanio con la esfera creada a partir del meteorito Gibeon que aterrizó en Namibia y con marcadores horarios engastados con diamantes talla baguette. En todas las propuestas, la esfera se ha trabajo en cada detalle para conseguir un aspecto contemporáneo y refinado, hasta el más mínimo detalle. Calada sin ser esqueletada, está elaborada en dos partes separadas para presentar una arquitectura poderosa y al mismo tiempo minimalista que favorece la lectura de la hora. El logotipo “V” de Gaston Vuitton marca la esfera en la jaula del tourbillon volante a las 9 horas. También puede contemplarse en los contadores.
Pero de todos los componentes visibles bajo el cristal de zafiro, los marcadores horarios son sin duda los más sorprendentes. Suspendidos –su contorno sigue el de la caja–, han sido mecanizados individualmente. También cuentan con un bloque sólido de material luminiscente hecho de Super-LumiNova®, en lugar de estar simplemente recubierto de este material. Esto produce un brillo mucho más potente y duradero y refuerza el carácter de vanguardia del reloj. En la versión de titanio y meteorito, el material luminiscente se sustituye por diamantes talla baguette engastados en cada marcador de hora.
Desde su creación, la Fabrique du Temps Louis Vuitton ha destacado por el trabajo realizado alrededor de las complicaciones; marcadas por la originalidad y la exclusividad se han mostrado siempre audaces, con su propia personalidad. Es lo que se encuentra en el movimiento mecánico de cuerda automática, el calibre LV82, que da vida al Tambour Curve GMT Flying Tourbillon. Como corresponde a un movimiento de alta relojería Louis Vuitton, está regulado por un tourbillon volante cuya jaula de gran ligereza presenta la letra “V” introducida por Gaston Vuitton. Su volante, que vibra a 4 Hz (28.800 alt/h), garantiza el funcionamiento del reloj con una correcta precisión. Cuenta con la función GMT como añadido y, todo ello, en un calibre de 35 mm de diámetro (15 líneas) y 5,7 mm de grosor, que se adapta perfectamente a su caja. Combinando tradición y modernidad, cuenta con una masa oscilante de oro rosa de 18 quilates y garantiza una autonomía de marcha de 65 horas. El acabado totalmente negro donde se combina el satinado circular y el granallado resalta esa visión contemporánea de una pieza que no solo reafirma el carácter viajeron de Louis Vuitton, sino que busca nuevos horizontes.