En lo que a relojes femeninos se refiere, Blancpain tiene mucho que decir. Consciente de que las mujeres aprecian la magia de los relojes mecánicos, la manufactura ha desempeñado un papel pionero en la historia de los relojes femeninos, avalado por los grandes avances presentados por la manufactura desde 1930 y hasta la actualidad.
Y esto es así desde el primer reloj de pulsera automático para mujer, creado en 1930, que recibió el nombre de Rolls, al Ladybird de 1956, provisto del movimiento redondo más pequeño del mundo (11,85 mm de diámetro), pasando por el reloj de noche estilo Art Deco de Marilyn Monroe, con parada en la nueva colección Ladybird de este año.
Curiosamente, el desarrollo de la relojería mecánica para mujeres es obra de una mujer, hecho bastante poco común en la relojería y menos en los años 1930. Hablamos de Betty Fiechter, la primera mujer propietaria y CEO de una compañía relojera suiza, que, en 1933, contra viento y marea, impulsó a Blancpain hasta la cumbre de la Alta Relojería con la creación de relojes pioneros como el Fifty Fathoms y el Ladybird que nos ocupa.
Heredera del modelo del mismo nombre creado en 1956 y relanzada en 2021, la colección vuelve esta primavera con sus últimas propuestas en un delicado ejercicio de color, pero también de mecánica. De hecho, los nuevos modelos incluyen dos nuevas complicaciones. Los artífices de su magia mecánica son los calibres 1163 (en el caso del segundero pequeño) y 1163L (en el de la fase lunar). Ambos, dotados de una reserva de marcha de 4 días y de una espiral de silicio, han sido concebidos para medir el tiempo con precisión, pero también con comodidad y estilo. Además, la masa oscilante de oro —a juego con el color de la caja— presenta motivos circulares calados en consonancia con las líneas de la esfera.
Por el lado estético, la esfera ha sido realizada en nácar perlado y engastada con 70 diamantes y, finalmente, adornada con números romanos tintados de colores: azul noche, verde pavo real, verde bosque, lila o turquesa. Los mismos colores animan también el brazalete de estos modelos de oro rojo o blanco.ay un detalle que curioso que, aunque descompensa, equilibra estéticamente los nuevos Ladybird Colors: una ligera asimetría que se detecta en los distintos elementos de la esfera. Los números romanos descentrados están resaltados por un realce con un engaste delicadamente decreciente que se reproduce en el segundero pequeño y la fase lunar. Y, como no podía faltar la luna lleva un coqueto lunar donde lo llevaba Marilyn Monroe.
La caja de los nuevos Ladybird Colors, de 34,9 mm de diámetro, viene engastada con 59 diamantes, con un total de más de 2 quilates. Se trata de un engaste de alta gama que se logra ajustando cada parámetro minuciosamente a mano para obtener un brillo espectacular.
Cinco hermosas joyas del tiempo que consiguen que hacen del color una seña de identidad.