Era un niño cuando comenzó a ‘grafitear’ paredes en el barrio donde creció en el sur de España. Lo hizo porque pudo, como dice él. Porque había pinturas y paredes y chicos que las rayaban, así que se unió. Felipe Pantone (Buenos Aires, 1986) no imaginaba que podía dedicarse al arte. “Era un niño y lo veía como un juego. Fue hasta que estudié Bellas Artes que empecé a comprender lo que significaba ser un artista”. El hispanoargentino es hoy uno de los talentos contemporáneos mejor valorados en el mundo del arte. Trabaja con medios que van desde la pintura al fresco hasta la escultura, pasando por la pintura y el muralismo. Pero en todos plasma la visión de un presente que considera “uno de los tiempos más emocionantes en la historia de la humanidad”.

Su obra está absolutamente permeada por la digitalización. En ella se puede ver el dinamismo que esta revolución sigue provocando. Hay cromatismo intenso, juegos ópticos, geometría, las líneas guía que vemos todo el tiempo en las pantallas y los efectos glitch, sinónimo de que algo falla en el mundo digital, cada vez más fusionado con lo que –hasta hace poco– considerábamos “el mundo real”. Una noción que ha demostrado ser tan mutable como las formas en las que se expresa Pantone. “Todos los artistas de todos los tiempos han hecho investigaciones sobre lo que les rodea y lo que les interesa. A mí me parece que vivimos en los tiempos más emocionantes de la historia de la humanidad. Antes estuvieron la invención de la escritura y de la imprenta, y ahora la información puede reproducirse infinitas veces de manera inmediata y estar en tu bolsillo a todas horas. Es algo muy difícil de odiar. Para mí, como artista, es imposible mirar hacia otro lado”.

TR Tiempo de Relojes España_Zenith

Pantone no muestra su rostro. “Cuando pintas grafiti no quieres que vean tu cara. Tan natural como eso. Prefiero que vean mi obra. Ahí pongo trabajo y pasión. A mi cara solo le pongo crema hidratante por la noche”.

Si bien su nombre es reconocido en los círculos del arte contemporáneo, Felipe Pantone irrumpió en la escena relojera a causa de sus colaboraciones con Zenith, firma que ha mostrado desde 2020 sus intenciones de intensificar la exploración del color en sus relojes y también la parte más audaz de su identidad. La alianza con Pantone fue atinada para las búsquedas de ambos. Zenith encontró en su obra el mensaje preciso y Felipe Pantone halló un desafío emocionante: plasmar su trabajo, por lo regular realizado en gran formato, en un reloj.

Pero antes del lanzamiento del Defy 21 Felipe Pantone, Zenith y el artista ya habían trabajado juntos. Recordemos su intervención de la manufactura a principios de este año, cuando llenó el edificio de colores por medio de luz. Y aún antes, en 2018, se encontraron “sin querer”. Fue cuando el rapero Swizz Beatz creó junto a Zenith una edición especial del Defy Classic Skeleton, donde Pantone tuvo una presencia discreta. “Recibí un FaceTime de Swizz Beatz. Me contó que estaba haciendo una colaboración y quería que le ayudara con algunos detalles. Me envió unos layouts y vi que eran para Zenith. La marca probablemente no supo ni quién era yo, así que cuando me contactaron fue una bonita coincidencia”.

¿Qué retos supuso diseñar el Defy 21 Felipe Pantone? “En mi primer boceto había planteado el tema de los rayos en las manecillas porque es algo presente en mi pintura, ya que hablan de velocidad, hay un glitch y color. Pero cuando lo vieron casi me matan por la dificultad técnica que implicaba. Esas agujas tardaron un año entero en desarrollarse. Incluso dos semanas antes del lanzamiento aún no teníamos el prototipo final. Costó muchísimo”. Pero no solo se consiguió, la edición de 100 piezas marcó sold out en un solo día. “Me encantó trabajar con ellos. Y se siente increíble tener tu propio reloj. Lo veo ahora en mi muñeca y me parece un modelazo. Tiene el movimiento más icónico, la caja más moderna… es lo más. Y, con seguridad, la relación que tenemos Zenith y yo irá para largo”