> No hay duda que el Chronomaster ha servido de relanzamiento del espíritu Zenith, y lo ratifica esta versión Sport.
Fue un lanzamiento bastante importante; recuerdo que Jean Claude Biver estuvo allí, y que teníamos muchas cosas en marcha para Zenith. Particularmente, estaba contento de poder relanzar la marca de una manera más contemporánea. Con innovación, creatividad… yo sabía que Zenith había sido siempre una marca dinámica y creativa así que, para mi, fue muy importante capitalizar todo aquello. Pero no quería que se quedara en nada, y me vino a la memoria que la marca había cambiado tantas veces de estrategia que pensé, “el Chronomaster es muy importante, pero necesito primero poner las cosas en orden”. Y eso es básicamente lo que hemos hecho durante los dos últimos años, y ahora estamos felices de aparecer con el Chronomaster Sport. También sabíamos que a Zenith le faltaba notoriedad, le faltaba deseo… así que teníamos que trabajar en qué era Zenith, en su plataforma, en la comunicación que teníamos que hacer de la compañía. También teníamos que trabajar en la presentación en el punto de venta y debíamos dar con un concepto nuevo, y hacerlo de forma rápida. Y por supuesto, si deseas tener notoriedad de marca, suscitar deseo, necesitas tener una identidad de marca fuerte. Y esto es algo que tuvimos con El Primero, sí, pero no realmente con la marca. Nuestro trabajo se ha enfocado a que Zenith sea considerada como ‘la marca’ líder en el segmento de cronógrafos de altos acabados. Eso somos nosotros. Nunca seremos una firma de volumen, sino reconocida por hacer cronógrafos de calidad, por ser un referente en el mundo del cronómetro; ahí es dónde estábamos y ahí es donde necesitamos estar una vez más. Durante los dos últimos años hemos tenido muy buenos resultados, incluso el año pasado con la pandemia. Tuvimos muchas señales. Una de ellas, el incremento de valor de la marca en las subastas. . Y con todo ello, había que definir el Chronomaster, que es lo que estamos haciendo ahora. Con el Chronomaster Revival, con el Chronomaster clásico y por supuesto, con el Chronomaster Sport. Demostraremos que Zenith puede ir más allá del movimiento El Primero, y llegar a ser una marca partiendo de una marca.
> ¿Han encontrado a un nuevo comprador en esta forma de reivindicación del espíritu Zenith?
Sí, lo hemos hecho. Durante los últimos 18 meses hemos descubierto muchos clientes nuevos. Clientes que normalmente estarían en marcas más grandes. Y este cliente esta llegando cada vez más a Zenith, porque si produces relojes que son muy nicho, que están muy segmentados, solo alcanzarás a los aficionados, a los especialistas en relojes, los frikis… Pero como marca no puedes vivir solo de ellos, necesito también ampliar, llegar a gente que compra en otras marcas, que no son coleccionistas, sino solo clientes. Y eso es también uno de los objetivos que nos marcamos con este reloj; ir más allá del especialista. No puedo vivir únicamente con ellos.
> En términos de mercado, ¿Cuál es la preferencia de la gente en su ideal relojero? ¿Qué es lo que buscan?
Cuando vienen a Zenith entienden que esta marca es como la industria relojera actual: tienes marcas con una larga historia y otras totalmente nuevas… que han comenzado prácticamente desde un papel en blanco. Y la tendencia en la industria relojera ha sido que firmas relojeras que poseen una larga historia, tenían miedo de innovar, de avanzar, de dar con relojes sorprendentes, y por eso suelen repetir siempre el pasado. Y luego están las marcas más jóvenes, que no tienen historia y que únicamente crean y construyen el futuro. Lo que quiero decir con esto es que en Zenith, que tenemos ciento cincuenta años de historia, somos muy auténticos y queremos seguir siendo una manufactura que pueda decir que el cien por cien de los relojes que producimos tienen un movimiento Zenith. ¿Cuántas marcas pueden decir eso hoy en día? Pero además, no deberíamos ir al pasado sino al futuro. Y continuar siendo dinámicos y creativos. Es por lo que también tenemos a la colección Defy. El pasado no está enfrentado con el futuro, ni la tradición con la innovación, ni el conservadurismo con la creatividad. Y ¿sabe? Cuando conocí a la gente que creo El Primero eran todos caballeros en sus ochenta años, por lo que esperaba que fueran bastante conservadores, y me dijeron: “Julien: Zenith en los 60 era muy dinámica e innovadora… era como una start up. Así que es bueno que rindas homenaje a lo que hicimos, pero también necesitas seguir creando cosas nuevas”. Fue una conversación muy importante para mí, porque definió perfectamente a dónde quería llegar yo con Zenith. Así que eso es lo que quiero hacer con la marca. Parece fácil, pero si mira el panorama, no hay muchas marcas que estén uniendo pasado y futuro de manera correcta.
“Demostraremos que Zenith puede ir más allá del movimiento El Primero, y llegar a ser una marca partiendo de una marca”
> ¿Podríamos hacer un paralelismo entre el pasado con los diseños icónicos y el futuro con el e-commerce?
Exacto. Los iconos son algo muy interesante, porque es algo vintage, pero también es un tema muy actual para las generaciones más jóvenes. Porque hoy hablamos de sostenibilidad, de economía circular… lo que hacemos con los iconos es decirle a la gente que cuando compra un Zenith, adquiere un producto que va a durar para siempre. Que tendrá vidas diferentes. Y por supuesto el e-commerce es el resultado no solo de que la gente joven desea comprar online, sino que se quieren comunicar online.
> ¿Fue el e-commerce una sorpresa para usted? El éxito de la gente buscando Zenith con una visión digital…
Sí, fue una grata sorpresa lo que ocurrió en 2020 pero una mala noticia para mí, porque me di cuenta de lo mayor que me estoy haciendo. Porque pensaba que nunca venderíamos tantísimas piezas.
> Con el Defy Midnight han cambiado la visión de los relojes de mujer y también su relación con ellas.
Sí, y ¿sabe? La relación con las mujeres es muy importante. Debemos tener mucho cuidado y es por lo que con el Defy Midnight nos aseguramos de que el reloj fuera para mujeres y hecho por mujeres. Así que fue realizado por nuestro equipo de desarrollo femenino, y además quisimos añadir dos dimensiones más a este reloj; en primer lugar, queríamos tener el cielo estrellado en la esfera, que es algo emocional, de cumplir sueños. Y en segundo lugar también queríamos hacer un reloj muy racional. Para la mujer del siglo XXI. Por ejemplo, añadiendo el sistema de correa intercambiable. Y la apuesta ha funcionando, porque está siendo todo un éxito para nosotros. Incluyendo el hecho de crear un programa que sostuviera este desarrollo de un reloj de mujer, que fuera la forma de rendir homenaje a las mujeres que tienen éxito o lo consiguen en sus respectivos campos. Así que es un programa excelente. Ahora necesito un poco más de tiempo para implementar todo, porque con el Covid no pudimos hacer todo lo que queríamos.
> ¿Y cuáles son sus expectativas para este año 2021?
Después de un año complicado como fue el pasado, creo que estamos más preparados y sabemos como trabajar, como actuar en este nuevo mundo tras la pandemia. Esperemos que, con la vacuna y el comportamiento de la gente, llegaremos a una situación mejor tras la primavera. Mi objetivo para 2021 es mejorar por supuesto los resultados del año pasado, tener éxito en el lanzamiento del Chronomaster y en la otra gran apuesta que es la nueva evolución del Defy. Si lo hacemos correctamente, retomaremos el buen camino en el negocio. Soy optimista.
> ¿Cuáles serán para usted los mayores cambios que veremos en la industria relojera en los próximos años? Porque el mercado está realmente cambiando.
Las marcas continuarán creando, innovando… con relojes nuevos, en ocasiones inspirados en el pasado, pero con un pequeño toque moderno; así que confío en que la industria relojera suiza traerá piezas maravillosas en los próximos años. Donde deberíamos evolucionar es en los canales que empleamos para vender relojes. Me refiero al e-commerce, a lo digital, a todas estas herramientas de las que estamos aprendiendo y mejorando. Las marcas que se adapten más rápido serán las más fuertes. Y no hay que olvidar algo importante: la relojería produce objetos que seguirán vivos dentro de 400 años. Y eso marca la diferencia.