Desde 1960, año de fundación de su manufactura, Grand Seiko ha celebrado la espiritualidad japonesa del tiempo mediante la creación de relojes inspirados en la belleza de su entorno natural. Accionados por movimientos de alta precisión, desde entonces son ensamblados y acabados a mano por los Takumi, los maestros relojeros.
En 1967 se lanzó el reloj en el que se materializó plenamente el lenguaje de diseño Grand Seiko Style, el 44GS. Este modelo reinterpretado en 2014 como parte de la colección Heritage se caracteriza por sus grandes superficies planas y por el famoso pulido espejo Zaratsu (nombre procede de la particular máquina pulidora empleada y cuyo disco para pulir superficies está colocado en la parte frontal de la máquina, no en el lateral).
Las dos novedades presentadas hoy rinden homenaje a este diseño: desde las agujas y la esfera -en blanco o azul- hasta la caja, adoptando la forma de un reloj que muestra la estética japonesa de forma moderna. Todo ello dentro de una caja de acero de 36,5 mm hermética hasta 100 metros y un brazalete igualmente de acero con cierre triple y botón de liberación.
El estilo Grand Seiko que se hizo corpóreo en el 44GS se inspira en las líneas rectas y superficies planas que se pueden observar en ciertas artesanías tradicionales japonesas, incluidas puertas corredizas de papel, biombos y ventiladores plegables, y esta ha sido también inspiración adoptada para las esferas de estos dos relojes.
En ambos relojes el motivo radiante se crea a partir de una serie de superficies planas y bordes rectos que recuerdan a los kamisen, los abanicos japoneses plegables de papel. La distintiva forma angular de los abanicos plegables de papel permite albergar un intrincado juego entre luces y sombras.
Los dos relojes están accionados por el calibre 9S64, un movimiento mecánico de cuerda manual que presenta una reserva de marcha máxima de 72 horas cuando está completamente cargado.