El éxito de una creación es difícil de prever pero, si algo nos apunta la historia, es que en la mayoría de los casos se produce gracias a una combinación en la que intervienen tanto componentes como ejercicios de estilo potencialmente merecedores de ello. Así fue como Caroline Scheufele, co-presidenta de Chopard, diseñó un reloj deportivo basado en una asociación inédita y sorprendente: el acero y los diamantes. Fiel al espíritu de los Happy Diamonds que se mueven en su esfera, como estrellas que bailan libremente entre dos cristales de zafiro, el Happy Sport rápidamente se convirtió en un destacado referente de la manufactura y de la relojería femenina. Con el acero y los diamantes como armas de seducción, el Happy Sport ha cruzado casi tres décadas sin perder su encanto ni su modernidad. Como muestra de ello, Chopard presenta hoy dos grandes novedades en la línea. 

Por un lado, el Happy Sport en una caja que por primera vez adopta un diámetro de 33 mm, una proporción inspirada en las reglas de la armonía del número áureo. Ocho referencias forman parte de esta línea con una variedad de versiones: cuatro modelos en dos materiales, entre los que se encuentra uno cuya caja es de Lucent Steel A223 y oro ético rosa de 18 quilates, y tres completamente fabricadas en oro ético rosa de 18 quilates, disponibles con correa de cuero o brazalete metálico. Una última versión de oro ético blanco de 18 quilates está completamente engastada de diamantes. Todos los modelos laten al ritmo del movimiento automático de manufactura Chopard 09.01-C, y en sus esferas bailan por supuesto los diamantes móviles. 

TR Tiempo de Relojes España_Chopard
Con el modelo Happy Sport se introduce un movimiento automático desarrollado in-house a partir de 148 componentes: el Chopard 09.01-C dotado de una reserva de la marcha de  42 horas. 

La segunda novedad se corresponde con el Happy Sport the First, el cual se declina en dos reediciones, en series limitadas de 1.993 y 788 piezas, de aquel primer reloj que se presentó cuando se lanzó la colección. Aunque fieles al original con sus emblemáticos diamantes móviles –siete en este caso–, y su brazalete de guijarros, ambas ediciones incorporan una serie de interesantes innovaciones: una caja de Lucent Steel A223 con un diámetro de 33 mm, y el movimiento de manufactura Chopard 09.01-C antes mencionado y compartido con el Happy Sport de 33 mm. 

Siguiendo el criterio de verticalización de la manufactura, con el modelo Happy Sport se introduce en la colección un movimiento automático desarrollado in-house a partir de 148 componentes y dotado de una reserva de la marcha de 42 horas. De hecho, el diámetro de 20,4 mm de este movimiento ha determinado las proporciones de las novedades Happy Sport.

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Con sus siete diamantes móviles en libertad entre los dos cristales de zafiro que cubren la esfera, este reloj de look vintage lleva en su interior los grandes momentos del estilo sport-chic.

Por lo que respecta al material de la caja, tanto del modelo Happy Sport the First como del modelo Happy Sport de 33 mm, que ya hemos mencionado, y dado el compromiso de Chopard con el lujo sostenible, se emplea el Lucent Steel A22, una aleación de acero antialergénico, más luminoso y resistente que un acero ordinario. 

El 70% de la composición de este acero se fabrica fundamentalmente a partir de metales reciclados en un taller puntero situado en Austria, limitando la huella de carbono ligada al transporte de los materiales hasta los talleres suizos de Chopard.

A los treinta modelos existentes hasta el momento se suman, por tanto, estas diez nuevas piezas que, si bien conservan el mismo encanto e idéntica concepción del tiempo, versátil y lúdico, donde la mujer desempeña un papel indispensable, lo hace ahora con sus propios movimientos.

Hay que evolucionar, y estas nuevas versiones hablan de una metamorfosis imparable, aunque el espíritu de mantiene intacto. Y en eso tienen mucho que ver los diamantes móviles, aquella innovación que la madre de Carolina definió con una frase: “happier when they are free” cuando en 1976 descubrió el primer prototipo del Happy Sport. Era el principio del espectáculo, de ese espacio en el que la creatividad no cesa.