Walter Lange habría cumplido 100 años el 29 de julio de 2024. Al refundar Lange el 7 de diciembre de 1990, no solo logró revivir la extensa tradición relojera de su familia tras verse obligada a interrumpir su actividad durante más de 40 años, sino que también allanó el camino para el resurgimiento de la relojería de precisión sajona fundada por su bisabuelo Ferdinand Adolph Lange en 1845.
Con motivo de esta efeméride, Econ-Verlag publica una nueva edición de su biografía, «When Time Came Home». En sus memorias, recorre su vida, estrechamente ligada a la historia de la manufactura con la que su bisabuelo Ferdinand Adolph Lange sentó las bases de la relojería de precisión sajona en Glashütte en 1845. Tras la expropiación de su familia casi un siglo después, en 1948, Walter Lange huyó a Alemania Occidental y A. Lange & Söhne cayó casi en el olvido. Pero cuando la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania le brindaron la oportunidad histórica de resucitar la marca en su antigua ciudad natal, no lo dudó. La visión de este jubilado de 66 años era entonces «volver a fabricar los mejores relojes del mundo», y eso, según Walter Lange, «sólo era posible en este lugar histórico».
Walter Lange, que estuvo estrechamente vinculado a A. Lange & Söhne como representante y embajador hasta su fallecimiento el 17 de enero de 2017, recibió numerosos honores por sus destacados servicios a la industria relojera de Glashütte. A pesar de su éxito, siempre será recordado por su personalidad carismática, su amplitud de miras, su calidez, su modestia y su actitud realista. Con su visión del espíritu empresarial responsable y su compromiso con el oficio y con la próxima generación de relojeros, su influencia sigue caracterizando la cultura corporativa de A. Lange & Söhne.
Nacido en Dresde en 1924, Walter Lange era el cuarto hijo de Rudolf y Hildegart Lange y pasó su infancia en Glashütte, bajo los efectos de la crisis económica mundial. La visión de los parados frente a la sede de la empresa quedó grabada en su memoria y más tarde se convirtió en la fuerza motriz de sus acciones.
A menudo acompañaba a su padre Rudolf a la fábrica para inspeccionar los cronómetros acabados. Después de terminar la escuela primaria en Glashütte y la secundaria en Dresde, en la primavera de 1941 comenzó un aprendizaje como relojero en Karlstein, Baja Austria, en la Escuela de la Industria Relojera.
Justo un año después, en el verano de 1942, Walter Lange fue llamado al servicio militar en la Segunda Guerra Mundial. Como él siempre recalcó, sólo sobrevivió por pura suerte. El 7 de mayo de 1945 regresó a casa gravemente herido. Pero la suerte le duró poco: Glashütte fue bombardeada el último día de la guerra, el 8 de mayo de 1945. El «astillero», como también se llamaba el principal edificio de producción de A. Lange & Söhne, sufrió graves daños y lo que se salvó fue confiscado por los ocupantes soviéticos. Entre ellos había relojes, componentes y máquinas, así como propiedad intelectual, como la documentación detallada de la producción del cronómetro marino Lange, que Walter Lange tuvo que fabricar él mismo.
Los habitantes de Glashütte se pusieron inmediatamente manos a la obra para reconstruir la ciudad. «La producción de relojes era la única forma de que nosotros y nuestro pueblo sobreviviéramos», contaba Walter lange. Tras muchos debates en el seno de la familia, en 1947 comenzaron las ventas del «Calibre 28», un movimiento de reloj de pulsera basado en el Calibre 48 de bolsillo que se había fabricado hasta entonces. Pero ya en 1948, la expropiación y transformación en empresa estatal (VEB) por orden del régimen del SED arruinó los planes de futuro de la familia Lange. Tras verse obligado a trabajar en la extracción de uranio, Walter Lange huyó a Pforzheim en noviembre de 1948, donde sus esfuerzos por crear una nueva manufactura relojera no tuvieron mucho éxito. Walter Lange permaneció fiel a la industria relojera y joyera como representante de ventas hasta su jubilación en 1986. Siempre tuvo la esperanza de volver a dar vida a Lange en Glashütte, pero nunca creyó que lo lograría.
Cuando se le presentó la oportunidad histórica de la reunificación alemana, Walter Lange no lo dudó. A los 66 años, registró Lange Uhren GmbH. A pesar del riesgo, la tradición familiar le exigía volver a Glashütte «para dar trabajo y perspectivas a la gente de aquí en tiempos difíciles». La inquebrantable visión que tenía de devolver la vida a A. Lange & Söhne era tan poderosa que tardó cuatro años en hacerse realidad a pesar de todos los obstáculos.
El sparring más importante de Walter Lange fue el empresario Günter Blümlein (1943- 2001), un carismático estratega que también creía firmemente que era posible el regreso de la histórica marca. Con un pequeño y dedicado equipo de diseñadores, relojeros y personal administrativo, así como con el apoyo financiero de VDO y LMH (Les Manufactures Horlogères), por fin se dio una respuesta convincente a la pregunta de cómo debía ser un reloj Lange a finales del siglo XX. «Desde el principio, era importante que desarrolláramos relojes con un diseño sencillo y clásico y un aspecto extremadamente moderno», afirma Walter Lange.
Lange y Blümlein se centraron en preservar la artesanía tradicional y desarrollar innovaciones técnicas. La primera colección compuesta de los modelos Lange 1, Arkade, Ssxonia y Tourbillon «Pour le Mérite» se presentó el 24 de octubre de 1994 en el Palacio Real de Dresde. Los 123 ejemplares producidos se vendieron todos. Siguieron muchas presentaciones de productos, y Walter Lange nunca dudó en compartir sus consejos y experiencia. Hasta el final, hablaba con clientes, representantes de la prensa y socios comerciales, concedía entrevistas y hablaba de su vida. Siempre se relacionaba con todo el mundo con gran franqueza, incluso en Glashütte, donde era un invitado bienvenido.
Preocupado por el futuro de la profesión, en otoño de 2022, la manufactura rindió homenaje a su homónimo bautizando su escuela interna con el nombre de «Centro de Formación y Perfeccionamiento Walter Lange».
Walter Lange recibió hasta diez distinciones personales a lo largo de su vida, incluidos premios internacionales como el Prix Spécial du Jury du Grand Prix d’Horlogerie de Genève en 2014, el Lifetime Achievement Award de la Fondation de la Haute Horlogerie en 2013 -ambos en Ginebra- y el Caesars Award en Bucarest en 2011.
Para conmemorar el 175 aniversario de la relojería de Glashütte, la ciudad y A. Lange & Söhne homenajearon la obra de toda una vida de Walter Lange. El 18 de septiembre de 2020 se inauguró una escultura de bronce de tamaño natural creada por el artista hamburgués Thomas Jastram, a pocos pasos del monumento a su bisabuelo Ferdinand Adolph Lange. Otras distinciones oficiales incluyen la ciudadanía honoraria de la ciudad de Glashütte en 1995, la Orden al Mérito de Sajonia en 1998 y la Orden al Mérito de la República Federal de Alemania de 1ª clase en 2015.
«Walter Lange representaba la vieja escuela en el sentido más auténtico de la palabra. Aportó a la empresa sus valores, como la relojería, su actitud realista y su carácter humilde, y los ancló firmemente para que su forma de pensar y sus acciones sigan teniendo impacto y guíen nuestras decisiones como empresa en el futuro», afirma Wilhelm Schmid, director general de Lange.