
Al comienzo de su carrera profesional, Roger Dubuis trabajó durante nueve años exclusivamente en la fabricación de movimientos de cronógrafos, por ello, cuando fundó la empresa que lleva su nombre en 1995, el cronógrafo fue uno de los primeros relojes que diseñó.
Desde entonces, esta complicación se ha consolidado como un elemento simbólico y fundamental de la relojería de Roger Dubuis y, tras 30 años de evolución, el viaje ha culminado con esta quinta generación del cronógrafo, que se lanzó por primera vez en 2023.
El nuevo y flamante Excalibur Spider Flyback Chronograph está accionado por un movimiento integrado, un enfoque de desarrollo completo que ofrece al relojero más libertad creativa y le permite jugar con la estética.
Este modelo es una edición limitada de solo 88 ejemplares, en referencia al número de la suerte de Roger Dubuis. Este mismo número aparece destacado en la escala del taquímetro del reloj, lo que aporta al diseño un elemento diferenciador sutil, pero significativo.
Además de ofrecer 72 horas de reserva de marcha, el reloj cumple los estándares del prestigioso sello Poinçon de Genève. Para obtener esta certificación, la Maison ha decorado cuidadosamente las 333 piezas del reloj mediante nada menos que 16 técnicas de acabado distintas.

Uno de los elementos icónicos del calibre es la rueda de pilares, con su posición visualmente destacada a las seis horas. La rueda de pilares es una pieza valorada en la alta relojería ya que optimiza la respuesta de los pulsadores, lo que favorece un funcionamiento más fluido y sensible.
En este calibre, la rueda de pilares se ha mecanizado en acero inoxidable y luce un acabado decorativo en zinc pulido, una técnica compleja que produce un brillo intenso y que se suele reservar para piezas con formas poco comunes.
El embrague vertical también es un mecanismo que está vinculado a la tradición y que garantiza el rendimiento del reloj. Se trata de un sistema muy similar al que se utiliza en los automóviles para cambiar de marcha.
Ubicado a las 3 horas, el contador de minutos giratorio (RMC por sus siglas en inglés) de 120° es un componente espectacular que presenta un diseño isotoxal. Este contador incorpora un indicador pendiente de patente que incluye los dígitos 0, 1 y 2. A medida que su aguja tripartita gira, se desplaza delicadamente por los números del 0 al 9 de la derecha, cuyo diseño de gran tamaño y de color rojo garantiza la legibilidad. Cuando se activa el cronógrafo, el RMC ofrece un espectáculo dinámico y visualmente llamativo.
La segunda innovación es el segundo sistema de frenado (SBS), también pendiente de patente. Está incluido en el mecanismo del embrague vertical del movimiento, y aporta una gran estabilidad al segundero del cronógrafo, además de reducir su oscilación.

A las 9 horas se sitúa el volante inclinado, dispuesto en un ángulo de 12°, que ofrece al usuario una visibilidad perfecta, al tiempo que genera la misma inercia que un tourbillon. Su rendimiento se potencia gracias a las piezas de escape de silicio revestidas de diamante, que ofrecen propiedades antimagnéticas para garantizar una precisión duradera.
Este reloj luce una caja esqueletada, al igual que sus pulsadores, de 45 mm elaborada en oro rosa. Sus tonos cálidos contrastan con la correa de caucho de color negro, equipada con un sistema de apertura rápida.
No obstante, lo que más llama la atención es la esfera simétrica del reloj. Como si tuviera vida propia, revela el movimiento de distintas piezas, que funcionan en una armonía perfecta. Cuanto más miramos, más capas descubrimos, con superficies únicas y varias alturas que contribuyen a su geometría expresiva. Para reflejar el espíritu automovilístico del cronógrafo, el rotor del fondo se ha diseñado con cinco brazos inspirados en las llantas de los supercoches, que destacan —más si cabe— por presentar las características líneas marcadas de Roger Dubui

