> Ha llegado hace unos meses a la compañía, ¿ha descubierto ya qué es lo que hace diferente a Montblanc?

Debo decir que me he encontrado con que Montblanc es una gran familia. Pero además, a nivel creativo, somos una compañía que tenemos dividida la fabricación en dos centros: LeLocle y Villeret. Es un aspecto interesante, como también lo es el rango de precios que tenemos; empezamos por debajo de 2.000 € y llegamos a los 250.000€. Esto hace que una persona joven pueda comprar primero un reloj por 2.000 euros, tres años más tarde un reloj por 5-6.000 euros, y paso a paso avanzar hacia el punto más alto. Así que me gusta. No es algo común en la industria. La mayoría de las firmas tienen un posicionamiento muy marcado, aquí en Montblanc tenemos diferentes gamas, y eso es muy interesante porque puedes encontrar exactamente lo que quieres en cada momento de tu vida. Es algo bastante raro en esta industria. Y hay otro detalle que me ha llamado la atención y es el espíritu que se construye internamente. Tenía una idea de lo que era Montblanc antes de unirme a la compañía; y lo que es ‘producir la espiral’ internamente lo había escuchado, pero no lo creía. Pero es así, y solo le puedo decir que muy pocas empresas son capaces de hacer esto.

> Hay una colección, 1858, que se ha convertido en santo y seña de la marca ¿Cuál es la primera impresión que tiene y qué posibilidades existen de desarrollo en los próximos años? 

Posibilidades todas, como también es seguro que nos basaremos en la innovación, sólo en la innovación. La innovación es lo que permite crear algo muy diferente que nadie tiene (y muestra el grabado que este año luce el 1858 Geosphere). Yo no soy el tipo de persona que llega y dice: “esto no era bueno y voy a hacer algo mucho mejor…”. Para nada. Creo que Montblanc está bien construida y hay mucha consistencia; eso sí, desde mi punto de vista, diría que falta algo y es diferenciación; además, sin dejar de ser clásicos. Así que mi objetivo será mantener el desarrollo de la marca, pero fomentar la diferenciación dentro de los productos. Quiero que la gente diga: “oh, ese es un reloj clásico y reconocemos que es Montblanc”. ¿Cómo? porque creamos algo nuevo. Y un ejemplo es 1858. Es reconocible inmediatamente, tiene un ADN fuerte. Eso es exactamente lo que me gustaría hacer con mi equipo en los próximos 5 años, desarrollar nuevos productos de corte clásico.

> ¿Y qué se necesita para ello? ¿Más capacidad para desarrollar relojes? ¿Más capacidad para reafirmar las diferentes formas de expresión de Montblanc? Ustedes tienen una buena herencia.

Estoy totalmente de acuerdo con usted, y le diré lo que hemos planeado hacer. Y partimos de que tenemos Villeret, donde está la manufactura y el museo; y tenemos muchas cosas que son muy únicas aquí en la manufactura. Esa es nuestra base para hacer crecer Montblanc en el mercado.

La diferencia entre un buen reloj y un muy buen reloj es solo la historia, la energía y la emoción que tienen en su interior.  Ahí está el monopulsador Minerva, con los coleccionistas de todo el mundo, de todos los países, pidiendo ahora el cronógrafo monopulsador. Hay un coleccionista alemán, que tiene 7 relojes de Minerva Villeret así que dice que  “no puedo decir que soy un consumidor, solo me gustan sus relojes”. Y esta emoción es la clave, y así es como la marca puede desarrollarse. Por supuesto, Montblanc es mucho más joven como marca, pero Montblanc compró Minerva y Minerva es Montblanc ahora, por lo que significa que la historia de Montblanc no comenzó en el año 2000, la historia de Montblanc comenzó en 1858. Eso es importante. Montblanc está aportando una innovación muy fuerte dentro del producto tradicional. Por eso creo que la mezcla de Minerva y Montblanc como una sola empresa es la clave del éxito en el futuro. 

Tenemos que crear una narración, desarrollar complicaciones específicas y emocionar para poder ampliar nuestra dimensión”

> Usted es un gran conocedor de la relojería, no solo de los relojes Montblanc… y sabe que en la relojería, además de la estética y la mecánica, está la emoción que transmite el reloj. ¿Qué más es un reloj?

Para mí un reloj, ante todo, es emoción. Cuando compro un reloj, siempre lo hago por la emoción que hay detrás. Y los relojes que prefiero son los que me regalan mis familiares o amigos. Porque están vinculados a una fuerte emoción y nunca olvidaré quién me ha regalado el reloj. 

> ¿Y cómo se traslada a Montblanc?

Me gustaría llevar esta emoción a las personas, a los compradores. Tenemos que encontrar la manera, crear una narración, desarrollar complicaciones específicas, esta es la manera que tenemos que hacer para ampliar nuestra dimensión. Para extenderla a mucha gente en el mundo. Quiero que la gente perciba el espíritu contemporáneo de Montblanc como algo con un fuerte carácter, un fuerte ADN y una fuerte emoción. Y eso es lo que, con mi equipo, vamos a desarrollar en los próximos meses y años. 

> ¿Cuál es su opinión sobre el mercado, sobre lo digital y el retail en el futuro post pandemia? 

Creo que necesitamos ambas cosas. Muchos clientes están pidiendo reunirse con nosotros en línea para conocer de primera mano cómo se ha desarrollado el reloj, cómo se ha construido y montado… y se puede hablar directamente con el relojero. Es una relación con un cliente que nunca se tendría en un mundo físico, porque normalmente el relojero no se encuentra con ningún cliente. Y gracias a lo digital, es posible. Por otro lado, tenemos algunas personas que piden el contacto, y nunca comprarán un reloj si no hay contacto con los vendedores. Por eso en el futuro será completamente será la mezcla de ambos, algo así como el yin y el yan.  No creo que lo físico vaya a desaparecer. Nunca. Porque somos seres humanos y los seres humanos se basan en el contacto. La vida real es el contacto físico.  

> Y qué tiene que decirme del mercado español. La pandemia nos ha hecho repensar el negocio hacia el público local. ¿Hay una estrategia para los clientes locales en cuanto a la relojería?

Como sabe, prestamos mucha atención a Europa, y en concreto, en España tenemos muchos coleccionistas, que saben sobre relojes y tienen el conocimiento sobre lo que es un buen reloj y sobre los movimientos. Cuando mencioné antes que producimos la espiral, sabemos que muchos coleccionistas entienden perfectamente la importancia que tiene. Y recuerdo en el pasado, cuando tenía que enviar piezas muy limitadas, siempre me invitaban a Londres, estaba en Barcelona o Madrid con los clientes, y también en Portugal. Portugal es un lugar muy potente de coleccionistas. Debemos que hablar con la gente en términos de relojería.  Y esto es exactamente lo que hemos encontrado en España. Así que este país es muy importante para nosotros, y me encantaría desarrollar un mercado incluso aún más fuerte. Una de las ideas es testar producto  en Europa, y ¿porqué no hacerlo en España?