La naturaleza es su inspiración, y el inédito color verde pino que ahora se incorpora a la colección Alpine Eagle se inspira en esa paleta de tonalidades que protagonizan el mundo alpino. Lo hace a través de una esfera texturizada que, como marca toda la línea, ha sido diseñada evocando el ojo del águila. Es lo que tienen en común los dos nuevos modelos de 41 milímetros, uno declinado en Lucent Steel A223, el acero ultrarresistente y exclusivo de Chopard, y otro en oro ético rosa. Una parte de los beneficios de las ventas de ambas creaciones se entregará a la Fundación Alpine Eagle.

 Algo lógico y que se halla en el ADN de esta colección –y por extensión en Chopard– que fomenta el lujo sostenible. Desde el lanzamiento en 2019, Alpine Eagle ha llamado la atención por los materiales elegidos en su creación. Y estas nuevas propuestas inciden en ello. La caja Large de 41 milímetros se ofrece en una primera versión acero Lucent A223. De acuerdo con la iniciativa ética implementada por la manufactura, este metal está formado por un 70% de material reciclado. Ofrece además propiedades comparables a las del acero quirúrgico, lo que lo hace altamente dermocompatible. Con una resistencia de 223 Vickers, esta aleación es un 50% más resistente a la abrasión que los aceros clásicos y es más duro y puro. 

Oro ético
Desde 2018, todas las creaciones de relojería y joyería de Chopard tienen un origen ético. Al contar, además, con su propio taller de fundición, le permite controlar todo el proceso para garantizar su procedencia.

Y qué decir del oro rosa ético de la segunda versión, sino que es la consecuencia del impulso dado por la casa en julio de 2018, fecha desde la cual el origen de todas las creaciones de relojería y joyería tienen un origen ético. Al contar, además, con su propio taller de fundición de metales preciosos desde hace varias décadas, Chopard está en condiciones de controlar su cadena de valor y ofrecer  productos que reflejen un mundo más racional.

Precisión y excelencia

En consonancia con el compromiso de Chopard con la precisión, el calibre automático Chopard 01.01-C que da vida a los Alpine Eagle y que se desarrolla en sus talleres de relojería, cuenta con el certificado del Control Oficial Suizo de Cronometría. La mención “Chronometer” situada en la esfera es un recordatorio de los valores que atesora un movimiento que, por otro lado, ofrece 60 horas de reserva de marcha. Con el objetivo de cumplir con los más altos estándares de precisión, el calibre cuenta además con la función de parada de segundos que permite al usuario ajustar la hora de forma exacta.

Volviendo a la esfera, decir que las indicaciones de horas, minutos y segundos ofrecen un contraste elegante y sumamente legible sobre el fondo verde pino gracias a los índices rodiados o dorados –según el acabado de la caja– y el Super-LumiNova® Grado X1 de las agujas para permitir una visualización óptima, incluso en la oscuridad. La fecha se indica en un disco verde, a juego con la esfera, emplazado a las 4.30 horas.

En 33 mm de diámetro
Chopard introduce por primera vez una creación de 33 mm que viene a completar la oferta de esta línea sport-chic. Lo hace con tres diferentes propuestas: Lucent Steel A223, oro ético rosa y en una versión bicolor en la que se combinan estos dos metales.

Un nuevo tamaño

Otra de las novedades de la colección Alpine Eagle está destinada a la mujer, y lo hace con la introducción de un nuevo diámetro de 33 mm y en tres distintas opciones de material: Lucent Steel A223, oro ético rosa y en una versión bicolor en la que se combinan estos dos metales.  Todos son sumergibles a 50 metros. Las variantes Lucent Steel A223 y bicolor proponen un bisel con o sin engaste de diamantes, mientras que los dos modelos de oro rosa están adornados con diamantes. Bien solo en el bisel o con el añadido de los índices y los eslabones centrales del brazalete. 

Cada una de las seis referencias se combinan con colores en los que la naturaleza vuelve a ser protagonista. Así, el azul Aletsch, que evoca los tonos azulados del glaciar más grande de los Alpes suizos acompaña a las versiones de Lucent Steel A223; el Gris Bernina, cuyo nombre se ha elegido por la roca de la cadena montañosa del mismo nombre, se halla en las variantes bicolor. Por lo que respecta a las cajas de oro rosa ético con bisel engastado con diamantes, su esfera es gris de Vals, que rememora los reflejos plateados de las losas de cuarcita extraída del cantón de los Grisones y que cubre los tejados de Vals. Para acabar, el reloj de oro rosa con esfera, bisel y brazalete engastados con diamantes opta por una esfera de color Alba Rosada, que recuerda el tono de las cumbres de las montañas bajo la primera luz del sol al amanecer. Por lo que respecta a la parte mecánica, esta pieza monta el calibre 09.01-C que ofrece una autonomía de 42 horas.

UN PROYECTO EN CRECIMIENTO

Fundación Alpine Eagle

1200 km de largo, 280 km de ancho, una superficie total de 190.000 km2 y seis países… Los imponentes Alpes son un inestimable vivero de especies vegetales y animales, un ecosistema poderoso pero al mismo tiempo frágil y amenazado. Por eso, con el nacimiento del Alpine Eagle también llegó la Fundación, empeñada en el objetivo de preservar esta cadena montañosa. El impulsor no podía ser otro que Karl-Friedrich Scheufele (copresidente de Chopard) quien ha contado con varios especialistas y enamorados de los Alpes, como el cetrero Jacques-Olivier Travers (creador del Parque “Aigles du Léman”) y Ronald Menzel (director de la ONG Freedom, para la protección de las aves de presa). Al proyecto inicial, centrado sobre la reintroducción del pigargo europeo en las llanuras del Lago Lemán, se han incorporado objetivos más amplios, cuyo fin es sensibilizar, movilizar y actuar en favor del conjunto del macizo alpino y de la vida que este alberga. Pero centrados en el proyecto inicial, hay que decir que la región más densamente poblada de Suiza, fue durante mucho tiempo el hábitat natural de esta especie conocida como ‘el águila pescadora’, pero desapareció de la región hace 130 años. El pasado 18 de junio se soltó el primero de los aguiluchos de una nidada de cuatro; es el principio, a lo largo de los próximos 8 años se irán poniendo en libertad más de 80 pigargos europeos en las orillas del lago Lemán.