La manufactura ginebrina presenta el Excalibur Monobalancier, que integra la tradición de la relojería artesanal dentro de una concepción arquitectónica albosultamente rompedora.
Fabricado en fibra mineral compuesta (MCF) para consagrar este monovolante automático esqueletado en una caja de color blanco nuclear, encarna el compromiso de la manufactura con el inconformismo.
El MCF, que está inspirado en materiales empleados en la industria aeroespacial, crea un equilibrio entre ligereza y rigidez en la caja de 42 mm del nuevo Excalibur cuyo bisel y corona están igualmente fabricados en este material de alta tecnología blanco puro. El MCF está fabricado con sílice en un 99,95 % y aplicando un proceso de creación de lámina compuesta moldeada (SMC) que permite libertad de movimiento, nuevas posibilidades y la creación de complejos diseños gracias a su robusta estructura, 2,5 veces más ligera que la cerámica y un 13 % más ligera que el carbono SMC.
Roger Dubuis desarrolló este material pensando en la máxima comodidad pero sin olvidar la importancia de una estética extrema, expresamente para que se mantuviese estable y fuese altamente resistente a la luz ultravioleta, artificial y natural, mientras que potenció la intensidad del color blanco mediante la adición de pigmentos.
Para mantener el total look en blanco, el reloj se combina con una correa de caucho blanco igualmente deslumbrante.
Desde el punto de vista técnico, y con una vista transparente de su movimiento de cuerda automática encajada directamente en la inimitable estrella de Roger Dubuis, el calibre RD820SQ está dotado a las 11 horas de un microrrotor esqueletadp reducido a su mínima expresión. Su construcción, diseñada para ser tan eficiente como un rotor de tamaño normal, garantiza que se pueda dar cuerda perfectamente al reloj para disfrutar de una reserva de marcha de 60 horas.
Certificado con el prestigioso Poinçon de Genève, esta obra maestra está disponible en una edición limitada de tan solo 88 unidades.
Se trata de un reloj que demuestra que el único límite para la híper relojería es nuestra propia imaginación.