Las ideas sencillas son la mayoría de las veces las que acaparan mayor éxito, aunque no necesariamente lo hagan rompiendo moldes. Sin embargo, aquellos osados que conforman la genialidad a partir de dos elementos, a priori contrapuestos, sí pueden llegar a dar con la fórmula mágica e inédita sobre la que se cimentará su éxito. Y esto es precisamente lo que le ocurrió a Hublot, una marca con apenas 42 años que es todo un referente en la industria relojera.

El oro amarillo y el caucho marcaron el inicio del éxito de Hublot. La originalidad se basaba en la idea de los opuestos: mezclar un material noble secularmente emparentado con la relojería, el oro, con un material hasta el momento asociado a los neumáticos de los coches, el caucho. Al carro de esta combinación se subieron no pocos países, pero si alguno destacó sobre todos ellos fue España y Estados Unidos.

Hoy, y en el marco de la LVMH Watch Week, Hublot apuesta a caballo ganador y lanza tres relojes Classic Fusion Original, cada uno de ellos en tres tamaños de caja diferente, que se hacen eco del diseñado de Carlo Crocco: la correa de caucho; la pureza de la esfera pulida lacada en negro que solo se ve aderezada por sus agujas facetadas; el oro amarillo para la versión Yellow Gold y la firma de la casa. El logotipo, a primera vista similar al original, ha adquirido un tono más moderno y contemporáneo.

Los modelos Classic Fusion Original están disponibles en oro, titanio y cerámica, con tamaños de caja de 42, 38 y 33 mm. Los seis famosos tornillos adornan sus biseles, al tiempo que el fondo de zafiro revela el mecanismo automático de manufactura MHUB1110 en el caso de las versiones de 42 y 38 mm, mientras un movimiento de cuarzo hace lo propio con el modelo de 33 mm tras un fondo cerrado.

Los emblemáticos detalles de Hublot que actualizan el reloj original lo convierten en un nuevo clásico.