
La colección LOVE es sinónimo de creatividad, audacia y conexión eterna. Su versión más reciente, LOVE Unlimited, conserva el espíritu del icónico diseño de Cartier mientras lo reinventa con una flexibilidad que abraza la piel como un lazo de amor infinito.
El nacimiento de un ícono de la joyería: el brazalete LOVE
Desde su creación en 1969 en Nueva York, el brazalete LOVE de Cartier revolucionó la joyería contemporánea al convertir el acto de amar en un manifiesto tangible. Diseñado por Aldo Cipullo, su forma ovalada, los tornillos visibles y el destornillador inconfundible lo transformaron en un símbolo eterno de compromiso y libertad. Un gesto íntimo y audaz que redefinió para siempre la manera de llevar el amor en forma de alegría.
LOVE Unlimited: innovación y perfección en cada detalle
Más de cinco décadas después, Cartier escribe un nuevo capítulo con LOVE Unlimited, una versión flexible y ergonómica que envuelve el cuerpo con la suavidad del oro y la precisión del diseño. Tras más de cien ensayos y prototipos, la casa logró una obra maestra compuesta por más de 200 microcomponentes que garantizan fluidez, comodidad y un movimiento natural. El resultado: un brazalete cómodo, con gadroones y tornillos pulidos a mano que refleja la luz con armonía y proporción en cada tamaño.
Un sistema de cierre invisible: amor sin límites
El secreto de su innovación reside en un sistema de cierre invisible con patente pendiente , operado por un discreto tornillo que permite enlazar una pulsera con otra. Así, el amor se multiplica sin fronteras: de una alegría, a dos, a infinitas. Una propuesta de ingeniería joyera que une la elegancia de Cartier con una visión moderna y simbólica del vínculo eterno.
Un icono cultural que trasciende el tiempo.
Desde los anuncios que marcaron la escena neoyorquina en los años 70 hasta las campañas actuales que viajan entre París y Nueva York, la pulsera LOVE continúa siendo un símbolo universal del amor. La Pantera de Cartier, emblema de fuerza y libertad, acompaña esta nueva era reafirmando que el amor, como las joyas de Cartier, no tiene fronteras: es fluido, íntimo, audaz y eterno.




